viernes, 25 de marzo de 2011

Entre las 4 y las 6:30 A.M.

Los sueños que mas me gustaban eran aquellos que sucedían a los días en que hacía la segunda cosa que mas me gustaba hacer cuando era un niño. 

En este  casi siempre reinaba el silencio, había un espacio vacío alrededor que no podía ser llenado de ninguna forma pero yo no era  fuera sordo sino todo lo contrario, podía percibir claramente el sonido de mi respiración, cuando me quedaba quieto incluso podía percibir  mi circulación. Esto último era un detalle que no recordaba al despertar y no fue sino hasta hace unos años en que   pasaba unas horas tratando de afinar el odio con mi guitarra sobre un árbol en los terrenos que una vez mi tío abuelo sembró. Fue  en  unos días en que me pareció escuchar un leve sonido dentro del árbol, como cuando intentaras absorber el último chorro  de leche de un bolsitarro con un orificio enano. Supuse que  el árbol se estaba alimentando y que ese shruick, shruick que escuchaba era el absorbiendo nutrientes de la tierra.

De regreso al sueño, simplemente nada hacia ruido alrededor, todos los objetos parecían suspendidos en un extraño estado que no alcanzaba a definir.  Subía entonces las escaleras de cemento, las cuales en mi niñez  creía hechas de piedra,  cuando apareció un animal en el cielo  pequeñísimo y lejano, tremendamente curioso y necesitando percibirlo bien, subia las escaleras seguro de que lo vería bien y poco a poco lograba percibirlo con mas claridad, llegando a la conclusión de que debía ser enorme. Se acercaba en un vuelo circular y lento sobre nuestras cabezas cuando  un ruido tenebroso, un enorme batir de alas. Entonces mi madre me hacia bajar las escaleras, me ponía a  salvo y mirábamos por la ventana. Otra vez era pequeñísimo el animalillo  poseedor de tan extraña anatomía, sus patas parecían las de un elefante, las cuatro eran traseras y de color maíz del centro del cuerpo aparecían dos colas de pavo real las cuales utilizaba como alas, una de ellas formaba y adornaba una escalera que te dejaba en las puertas de un ascensor adornado con la otra cola de pavo real, luego ascendías hasta un mirador de forma redonda, ni bien di el segundo paso este  empezó a subir, entonces supuse que alguien debía de haberlo accionado se me ocurrió decir detente y al escucharme me di cuenta que el aire había cambiado, ahora escuchaba claramente  a  mi alrededor, el ascensor  se quedo quieto, a mitad de camino no tenia otra opción que seguir.  Una vez arriba las cosas se sentían diferentes, como si de pronto hubiera abandonado un lugar muy grande y  llenísimo de gente, camine con pasos cortos, por la forma de la entrada daba la impresión que entrabas  a un lugar santo, el aire era definitivamente distinto como si oxigenara todo tu cerebro, de un solo golpe animaba a estar muy  atento, había una sucesión de colores sobre la entrada, tu debías sincronizar tu respiración con ellos, luego era solo cuestión de seguir con la música de fondo, podías sentarte sobre algo así como una colchoneta de algodón, entonces empezabas a mover el diseño de una ciudad que siempre podía encajarse en una cantidad de posibilidades  inverosímil. Claro que todo esto no  lo sabría si en una de esas veces no hubiera subido por las escaleras mientras mi madre y el resto de la familia  miraba por la ventana y me hubiera permitido a mi mismo  mirarlo detenidamente, cuando estuvo a mi alcance lo toque y desaparecimos, fue entonces que vi., todos los detalles que comento.

Stone Sour - Through Glass

jueves, 24 de marzo de 2011

En el 84..

De muy chico habian tres cosas que me encantaban. Una de ellas:  Sentarme por horas sobre el suelo de la sala  de  mayolicas  de tonos  marrones,  que ahora   recuerdo algo psicodelicos.  La segunda  subir al piso de arriba  del duplex  chalaco que me encantaba, para mirar el cielo,  las gruas del puerto, sentir el aire marino y girar con los brazos extendidos como un reloj.

De vuelta sobre las mayolicas marrones escuchaba los discos que mi madre colocaba mientras ordenaba nuestras vidas,  yo imaginaba como se verian mas que aceptables a la hora de recibir visitas. Sentado frente a un gran tocadiscos escuchaba a Shocking Blue, The Beatles, Santana, Timi Yuro, Gene Pitney entre otros. Mi madre se preocupaba en hacerme sentir cómodo  y me alcanzaba los cojines de un sillon y yo iva poniendo uno sobre otro como una gran torre hasta que mi precaria construcción  quebraba por la gravedad que me devolvía a las mayolicas  sobre las que rodaba mientras los colores y la música embebian mis sentidos en deliciosas  definiciones de psicodelia e inocente placer.

La tercera cosa  que mas me gustaba era ese dispositivo que parece venido como un milagro para la generacion de madres que tuvieron que ocuparse solitas de sus crios, sin que nadie encuentre mucho tiempo para perder por ellas, y tuvieron que recurrir a la niñera television.En el 84 que llegue a este mundo, para entonces los peinados eran bien diferentes, la ropa y ahora que lo pienso hasta la forma de andar de la gente. Hoy por  hoy soy un rockero empedernido, me entrego a la vibracion de los audifonos y me pierdo hasta que acaba la cancion, han habido  veces que el paradero me ha importado poco, pero tampoco he aprendido esa mala mania de llegar tarde lo que a veces pasa es que los otros a veces me esperan por llegar muy pronto.
Seguramente he tenido algun que otro gusto que no he contado, pero los mencionados de una forma u otra son los que mejor me definen. Ademas tengo que decir algo a mi favor. La television fue cambiada por la computadora. Y espero no aprender a desperdiciarme tambien en ella.


En el 84 que llegue a este mundo, para entonces los peinados eran bien diferentes, la ropa y ahora que lo pienso hasta la forma de andar de la gente. Hoy por  hoy soy un rockero empedernido, me entrego a la vibracion de los audifonos y me pierdo hasta que acaba la cancion, han habido  veces que el paradero me ha importado poco, pero tampoco he aprendido esa mala mania de llegar, tarde lo que pasa es, que a veces  me esperan por llegar muy pronto y no tomar las cosas con calma.
Seguramente he tenido algun que otro gusto que no he contado, pero los mencionados de una forma u otra son los que mejor me definen. Ademas tengo que decir algo a mi favor. La television fue cambiada por la computadora.